Como cada año, el 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. La temática de este año se centra en la lucha contra la contaminación del aire. La celebración del Día Mundial del Medio Ambiente se remonta al 5 de junio de 1973, cuando las Naciones Unidas celebraron este día con la intención de informar a la población mundial sobre la importancia de la naturaleza y su cuidado.
Cada vez más, las empresas buscan sistemas de gestión respetuosos con el medio ambiente, que permitan una gestión eficaz a la vez que sostenible. Una gestión que no perjudique al entorno que rodea a la empresa y la incluya dentro de las denominadas «Empresas verdes». Esta preocupación hizo posible que se desarrollaran diversos estándares que describen las condiciones que deben reunir este tipo de sistemas de gestión y los requisitos necesarios para su implementación. Se trata de la familia de la norma ISO 14000 y la norma ISO 50000.
Los sectores industrial y agrícola acaparan la gran parte del agua que se consume en la sociedad actualmente. En el sector agrícola se desaprovecha más del 60% de la cantidad del agua por una mala gestión, infraestructuras ineficientes, mal estado, etc. Por su parte, en la industria los problemas vienen por parte de su gestión, ya que la gran parte del agua que se emplea es contaminada sin ser depurada o potabilizada de nuevo.
La huella hídrica es un indicador medioambiental que define la cantidad de volumen total de agua dulce que ha sido utilizada para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos. Es una variable muy importante que nos dice el agua que nos cuesta fabricar un determinado producto.
Son muchas las compañías que han perdido la certificación ISO 14001 debido a que no han sabido llevar a cabo la transición de la antigua norma a la actual del año 2015. Muchas otras aunque no la han perdido aun siguen trabajando bajo la metodología que establecía la versión anterior del estándar, ya desfasada.
A pesar de que el cambio climático es un factor que afecta a todo el mundo, y, es cada vez más evidente, muchas personas siguen pensando que es un mito que no tendrá consecuencia alguna para su entorno.
Las empresas han encontrado en la norma ISO 14001:2015 una gran herramienta para poder realizar la gestión de los aspectos ambientales que más le preocupan, en relación con su actividad productiva. Además de contribuir a establecer un pilar ambiental, la norma ISO 14001 2015 permite que las compañías puedan ajustarse a la realidad a la que deben hacer frente, sobre todo desde un punto de vista legal.
Aunque parezca que las empresas que trabajan en el sector tecnológico lo hacen con productos intangibles, no es así del todo. Recientes estudios han abordado el asunto y han demostrado que los dispositivos que nos proveen de servicios como internet, app y nubes de almacenamiento online también están sujetos a un gasto energético bastante importante, el cual lógicamente desencadena un importante impacto ambiental.
Recientemente ha sido publicado el último informe mundial sobre la calidad del aire, el cual mide la cantidad de partículas PM 2,5 que hay en el planeta. Este estudio, llevado a cabo por IQAir AirVisual, mide estas microscópicas partículas que se encuentran suspendidas en el humo causado por múltiples factores como: incendios, quema de combustibles, emisiones industriales, etc. Su pequeño tamaño las hace muy peligrosas ya que se filtran en nuestro organismo a través de nuestro sistema respiratorio, llegando a causar graves daños a nuestra salud.
Desde hace años que la preocupación medioambiental ha hecho mella en la conciencia de la sociedad y por tanto en la manera en que esta identifica y ve a las diferentes empresas.
El control de la emisión y la gestión de residuos hace tiempo que se ha convertido en una de las prioridades de las compañías, fundamentalmente de las industriales, que han visto como su reputación se ha visto perjudicada debido al impacto ambiental que su actividad productiva provoca en su entorno. A pesar de intentar minimizar la cantidad de emisiones, las empresas siguen generando distintos tipos de residuos cuya gestión supone un importante costo, cuando en muchas ocasiones podrían llegar a ser un ingreso, y no solo económico.
