Contaminación digital e ISO 14001
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Contaminación Digital

Contaminación digital e ISO 14001

Contaminación digital

Contaminación digital

El impacto de la tecnología sobre el medio ambiente es muy poco conocido, sin embargo, se materializa en la contaminación digital. Aunque las nuevas tecnologías no precisan de un soporte físico como tal, las inmensas infraestructuras necesarias para hacer funcionar dichas tecnologías generan un porcentaje importante de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Acciones tan cotidianas como pueden ser enviar un email, consumir contenido a través de una plataforma de streaming, hacer una compra online o una videoconferencia de trabajo, tienen repercusión sobre el medio ambiente.

 

Huella de la contaminación digital

La mayor huella que deja la contaminación digital está relacionada con la transmisión de datos. Cada vez que se envía un mensaje de Whatsapp o se comparte una foto en redes sociales, se contamina. Esto sucede principalmente por la necesidad de energía necesaria para estos procesos. También se da porque son necesarios grandes espacios de almacenamiento de datos en la nube, así como por la renovación de los aparatos electrónicos y de los servidores.

Cabe mencionar que los emails que se quedan sin abrir, contribuyen al aumento de huella de carbono generada por el uso de las nuevas tecnologías.

 

Necesidad de un cambio

En esta era digital, es necesario un cambio sostenible, así como la implementación de prácticas para luchar contra la contaminación digital. Para ello, hay que empezar por entender el impacto del consumo digital, sin olvidar cuánta energía se utiliza para almacenar y acceder a los diferentes contenido y datos.

La parte positiva es que no todo está perdido ya que está aumentando la conciencia ambiental de los clientes, que optan por trabajar con compañías que apuestan por políticas sostenibles en este sentido.

 

El uso de internet contamina

Acceder a internet consume mucha electricidad, ya que para navegar en una web se precisa no solo del consumo energético del dispositivo desde el que se establece la conexión, sino también del consumo del operador que suministra la conexión y los servidores con los que se interactúa para enviar o recibir información. Todo ello precisa de dispositivos que tienen que estar encendidos todo el día.

Dividiendo el consumo total que se estima de estos dispositivos entre la cantidad de visitas o usos de cada uno, es posible estimar cuál es el consumo y por tanto la emisión de CO2 por usuario al realizar actividades en la red.

Cada día se crean e intercambian infinidad de datos: correos electrónicos, vídeos, publicaciones de Facebook e Instagram, uso de Netflix y WhatsApp… Cada interacción que se realiza en la web contiene datos tiene que deben ser almacenados. Los datos permanecen en centros que consumen grandes cantidades de energía y agua, ya que los servidores se sobrecalientan y el proceso de enfriamiento requiere de grandes cantidades de ambos componentes.

 

Hacia la sostenibilidad digital mediante centros de datos verdes

Aunque el Internet de las cosas o IoT (internet of things por sus siglas en inglés) evita el uso de recursos y materias primas, estas grandes cantidades de tecnología tienen un gran impacto, ya que todos los datos que se suben a la nube, necesitan de grandes cantidades de energía para mantenerse.

El beneficio de estos avances es evidente, pero, tras una aparente inocuidad, existe una huella ambiental difícil de rastrear y calcular y de la que no se es totalmente consciente.

La huella ecológica del tráfico digital es equivalente a un consumo desmesurado de electricidad a nivel mundial.

Con el crecimiento de la tecnología 5G, se prevé que el volumen de datos aumente, provocando un incremento de la demanda de los centros de datos.

Los expertos señalan que se necesita un enfoque amplio en materia de uso de energías renovables en los centros de datos y la rápida adopción de energía limpia por parte de los gigantes de la tecnología. Las grandes compañías a nivel mundial deberán apostar por la construcción de centros de datos energéticamente eficientes y de consumo de agua nulo.

La Comisión Europea ya ha señalado que más de un tercio del gasto de luz de los centros de datos se produce solo en los procesos dirigidos a la refrigeración del equipamiento y el mantenimiento de una temperatura óptima en los servidores de datos.

Un uso de Internet plenamente alimentado por energías renovables no es algo que se espere en un breve periodo de tiempo, sin embargo, cada vez son mayores los compromisos a este respecto. Si los centros de datos y el resto de infraestructuras digitales se alimentan por completo de energías renovables, la creciente dependencia de Internet puede servir para acelerar la transición hacia una economía renovada.

 

Más digitales y más verdes

Como ya se ha mencionado, la huella ambiental que genera Internet es enorme, aunque no siempre se ve ni existe conciencia en torno a ello.

En este sentido, el consumo parece invisible e intangible, y ahí radica la mayor parte del problema. Internet es la infraestructura más grande construida en la historia de la humanidad, por lo que es necesario un cambio de paradigma para que esta industria se vuelva más sostenible.

Los usuarios también tienen parte de responsabilidad en esta ecuación, a través de la puesta en práctica de gestos sencillos que suponen un cambio importante hacia la sostenibilidad y contra la contaminación digital. Entre ellos se pueden destacar los siguientes:

  • Optimizar la bandeja de correo electrónico, archivando y borrando los mails que no interesan en el momento de recibirlos.
  • Cancelar las suscripciones a newsletter que no se deseen recibir, ya que ocupan grandes cantidades de espacio.
  • Al responder un correo, si este no necesita ser enviado colectivamente, se evitará la función de ‘responder a todos’. De esta forma se evita crear una cadena de correos electrónicos innecesarios.
  • Si se precisa enviar o guardar un archivo es recomendable utilizar una memoria USB u optar por medios como Wetransfer, que solo almacenan los datos durante pocos días antes de eliminarlos.
  • Prolongar al máximo la vida de los aparatos electrónicos.
  • Desactivar la reproducción automática en redes sociales y plataformas como YouTube.
  • Cerrar las ventanas del navegador cuando no se estén utilizando.
  • Apagar el rúter por las noches.
  • Evitar dejar los aparatos en stand by.
  • Apagar el ordenador cuando no se esté utilizando en lugar de suspender la sesión.
  • Reciclar los viejos aparatos electrónicos.

 

Software para ISO 14001

El modelo de negocio de muchas empresas y organizaciones en la actualidad es insostenible. Si se continúa actuando y consumiendo recursos del mismo modo, en unas décadas el planeta será inhabitable.

Para minimizar este impacto, las empresas pueden optar por la certificación en ISO 14001. Esta norma ayuda a las compañías a desarrollar las mejores prácticas ambientales que se puedan implementar. Este trabajo puede simplificarse a través del uso de un software como ISOTools, que facilita en gran medida la tarea.

Diplomado en Gestión Ambiental ISO 14001
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