ISO 14001 ¿Qué acciones se debe realizar en cuanto a la gestión del riesgo?

Gestión del riesgo

La norma ISO 31000 ha sido diseñada de forma específica para ocuparse de la gestión del riesgo, y se define el riesgo como el efecto que genera la incertidumbre sobre los diferentes objetivos. De esa descripción, es fácil prever cómo cualquier riesgo se puede definir y generar un efecto negativo sobre los indicadores clave del desempeño, que son efectivamente señales vitales de la empresa, así como el efecto negativo sobre el medio ambiente.

El riesgo puede venir de muchas formas, por ejemplo incertidumbre financiera, fallos en el proyecto, aspectos de seguridad, competencia, problemas de tecnología, el efecto sobre el medio ambiente de operaciones llevadas a cabo por su empresa, si se producen residuos, emisiones peligrosas o consumo de energía.

Queremos hablar sobre los requisitos que se relacionan con la gestión del riesgo de forma eficaz y las oportunidades, además de realizar un resumen de las novedades introducidas en el capítulo 6 de la norma ISO 14001 que se encuentra dedicado a la planificación.

La gestión del riesgo en la norma ISO 14001 2015

En el capítulo 6 “Planificación”, es uno de los grandes ejes de la norma ISO 14001 2015 y es que aquí es donde veremos aplicados todos los conceptos que se incluirían como novedad en el capítulo 3, “Términos y definiciones” como es la gestión del riesgo y las diferentes oportunidades.

En el apartado 6.1 “Acciones para abordar riesgos y oportunidades” indica como requisito que, a la hora de planificar su Sistema de Gestión Ambiental, la organización deberá tener presente el análisis realizado de su contexto, además del alcance de su sistema y las expectativas y necesidades de las diferentes partes interesadas, para que toda la información se vuelque en los riesgos y oportunidades que les puedan afectar. Y, desde ese momento, es necesario establecer una previsión que evite que se produzcan efectos negativos, es necesario aprovechar los positivos o disminuir los efectos no deseados, consiguiendo la mejora continua.

No podemos olvidarnos que se tiene que mantener información documentada sobre la gestión del riesgo y las oportunidades detectadas que permitan comprobar en todo momento que se sigue con la secuencia que ha sido planificada.

Aunque se ha hablado de los riesgos y las oportunidades se tiene que determinar y abordar, la norma ISO 14001 no nos indica en ningún momento que sea necesario hacerlo mediante la gestión del riesgo, ni mediante el proceso de gestión documentado específico. Por lo que la propia organización deberá seleccionar el método que según sus características, la situación, las dimensiones, el contexto en que opere o conocimiento, que mejor se adapte, aunque puede consistir en un simple proceso cualitativo o en una evaluación cuantitativa completa.

Ejemplos de las herramientas metodológicas

• Norma ISO 31000 “Gestión del Riesgo. Principios y directrices”. Aporta las mejores prácticas recogidas mediante la gestión de riesgos llevada a cabo en diferentes ámbitos.
• Norma ISO 31010 “Gestión del Riesgo. Técnicas de apreciación del riesgo”. Sirve de apoyo a la norma anterior y aporta las directrices necesarias para seleccionar y aplicar las técnicas más eficientes para apreciar el riesgo.
• Norma UNE 15008 “Análisis y evaluación del riesgo ambiental”. Se describe el método para analizar y evaluar el riesgo ambiental, además de establecer una eficiente gestión del mismo.

Los requisitos legales y la planificación de las acciones ambientales

El apartado 6.1.3 “Requisitos legales y otros requisitos” no supone novedades en relación con la versión anterior del 2004, sin embargo el apartado 6.1.4, “Planificación de acciones” supone un requisito totalmente nuevo en esta versión del 2015.

Esto nos indica que la organización deberá planificar los pasos que se deben realizar a la hora de tomar decisiones que permita abordar los aspectos ambientales significativos, los requisitos legales y otros requisitos, además de los riesgos y oportunidades identificados, así como establecer la forma en la que la planificación se integre en el resto de procesos del Sistema de Gestión Ambiental y pueda evaluarse su eficiencia.

Va un paso más allá a la hora de incluir no sólo la planificación sino también su integración en los procesos y evaluación mediante un método o unos indicadores que se establecen para permitir la comprobación durante los resultados buscados y se detectan y corrigen los fallos.

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